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Miró arte y política


La exposición de Miró en Londres en el Tate Modern, la primera después de casi cincuenta años, mostró  el aspecto angustioso y políticamente comprometido de su obra, reflejo de su respuesta apasionada ante uno de los períodos más convulsos de la historia europea. Durante los años en que trabajó en Barcelona y París, Miró siguió de cerca el curso de la Guerra Civil española y de los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial en Francia. 


Bajo el régimen de represión política de la España franquista, Miró se mantuvo siempre como un símbolo de la cultura internacional, y sus magníficas pinturas abstractas de finales de los años sesenta y principios de los setenta fueron un marco de resistencia e integridad en los años del declive del régimen. 


Conocer la historia de Miró y de la época de la que fue testimonio desvela una intensidad más profunda en muchas de sus obras, un conjunto de pinturas sorprendentes, magnéticas e impactantes de uno de los artistas más grandes del arte moderno.
      
Considerado por André Breton el "más surrealista de los surrealistas" en la década de los años 20, el que fue uno de los precursores del expresionismo abstracto forjó un universo iconográfico propio. Fue entonces cuando afirmó que no distinguía entre pintura y poesía, y empezó a escribir algunos versos. Joan Miró mantuvo amistad con muchos poetas, y uno de los textos más lúcidos sobre ese Miró subversivo lo ha escrito Pere Gimferrer. Hombre de sabiduría enciclopédica, este poeta y académico de la RAE publicó Miró: colpir sense nafrar (Miró: conmover sin herir) en 1978.
     

   

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