Ilustración de Santiago Martinez Delgado |
La pintura Arte Decó.
El movimiento arte deco fue un estilo ecléctico de corte académico que aunó la tradición histórica y la modernidad propia de las vanguardias. Art decó fue una tendencia pictórica englobada dentro de un estilo que abarcó todos los campos del arte y el diseño durante los años 20 y 30 del siglo XX. A diferencia de todos los demás movimientos no dictó normas ni publicó manifiestos, y eso se refleja en la heterogeneidad de sus creaciones.
Encuadrada dentro de la austeridad propia del periodo de entreguerras, la pintura Arte Decó se reveló dando origen a un estilo lujoso y muy decorativo asumiendo lo dinámico del mundo de entonces y aspirando a eliminar la barrera que separaba las bellas artes de las decorativas y estimulando la creación de obras gratas, elegantes, finas, simples e idealizadas. Celebró la vida en el mundo moderno, difundiendo un estilo elegante y sofisticado para contrarestar con la guerra recientemente terminada.
El estilo del Arte Deco combinó la elegancia de la edad industrial con el lujo de materiales y la ebullición del espíritu creativo; quizás, nunca antes igualados por ningún otro estilo popular. Unió a su vez placer sensual con la inspiración en el diseño contemporáneo.
La pintura del estilo Arte Decó revela una mezcla variada de geometría, simplicidad y abstracción combinadas con colores vibrantes y simples, todo ello sin apartarse de la tradición pictórica, sino combinándose con ella.
Las líneas del Arte Deco son rectas y angulares, pero también curvadas, circulares y ovales, no con el sentido floreado del Arte Nouveau, sino con figuras geométricas como el hexágono y el pentágono. Las siluetas humanas son finas y delgadas, ligeras y elásticas, con vestidos rectos o entubados de seda y brillantes, con corte entre la rodilla y el talón acompañados siempre del uso del sombrero.[1]
La principal representante de este estilo es la artista polaca Tamara de Lempicka, pero destacaron otros pintores como Eduardo García Benito.
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