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Edvard Munch y la Pandemia

Edvar Munch y la pandemia: El padecimiento, la demencia y el fallecimiento fueron los ángeles que rodearon mi origen y me siguieron toda la vida”, contaba el mismo Munch.
La madre muerta

Edvard Munch ha pasado a la historia del arte por su famosa obra El Grito, una pintura aterradora donde parece que podemos escuchar fielmente al personaje del cuadro profiriendo un grito que parece convulsionar el ambiente que le rodea. Pero es que Munch fue una persona al que las enfermedades no trataron individualmente bien, y hay dos cuadros, menos conocidos, sino con su historia. El principal de ellos es La madre muerta, de 1900. La vida del pintor noruego estuvo marcada por la tragedia, a los cinco años su madre murió de tuberculosis y posteriormente, lo haría su hermana. “El padecimiento, la demencia y el fallecimiento fueron los ángeles que rodearon mi origen y me siguieron toda la vida”, contaba el propio autor.





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El arte en el espejo del siglo XX



Edvar Munch
El noruego Edvard Munch (1863-1944) realizó un brillante viaje de transición al siglo XX, como viene a demostrar la muestra que le dedica el Centro Pompidou y que promete cambiar la percepción sobre la vida y la trayectoria del artista expresionista.
   

Munch vivió más la nueva centuria que la vieja y murió el mismo año que algunos de los creadores que definieron la explosión irrepetible de las primeras vanguardias, como Piet Mondrian o Wassily Kandinsky.

"La muestra, planteada con la ambición marca de la casa, se aventura aún más lejos: “Nuestro objetivo es mostrar a otro Munch que destacó como artista de varias disciplinas, que se adentró en los terrenos de las nuevas artes como la fotografía y el cine”, recordó Angela Lampe, curadora de la exposición junto a Clément Chéroux. “No pretendemos borrar la angustia por la que es conocido, y que está presente en su obra, pero queremos desplazar el foco para mostrar que hay también un Munch muy moderno”, añadió Chéroux.

Se han reunido aquí más de 140 obras entre lienzos (60) y fotografías (medio centenar). El Munch del último estertor decimonónico sirve de trampolín para zambullirse en el más moderno. No está El grito; las dos versiones de la obra maestra se conservan en Noruega y nunca abandonan ese país. " 


El Grito














   

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