En el mundo del arte los récords se fulminan tan rápido como en las competiciones de atletismo. Si hace mes y medio la Fundación Dalí de Figueres presentaba el último cuadro que incorporaba a sus salas, La miel es más dulce que la sangre,
 un pequeño óleo de apenas 36 x 44 centímetros que compró por 4,7 
millones de euros en Christie's y lo tildaba del más caro que había 
adquirido del artista empordanés, esta mañana la cifra ha quedado 
pequeña tras presentar su última compra: Elementos enigmáticos en un paisaje,
 un óleo sobre tabla (72,8 x 59,5 centímetros) pintado por Dalí (del que
 aparece su firma en el ángulo inferior izquierdo) en 1934 y por el que 
la fundación ha pagado 7,8 millones de euros a un particular que quiere 
mantener el anonimato. Con la adquisición de esta segunda gran obra del 
artista la fundación ha desembolsado cerca de 13 millones de euros en lo
 que va de año en compras. 
En el cuadro destaca un cielo de intensa luminosidad y en la tela una
 figura, la del pintor Vermeer de Delft, un autor que inspiró y fascinó a
 Dalí durante toda su vida. Situados enfrente aparecen los elementos enigmáticos:
 los cipreses, un Dalí niño a la derecha, vestido de marinero, que 
sostiene un aro y un hueso, y a su lado, sentada de espaldas, 
encontramos la figura de una nodriza. Estos dos elementos últimos son 
muy recurrentes en el Dalí surrealista y, especialmente, el de este 
momento de su producción.
Según Joan Manel Sevillano, gerente de 
la fundación, "el centro llevaba casi tres años detrás dela obra e 
intentando convencer a su propietario". El gerente asegura que"hay muy 
pocas obras de Dalí en venta y la oportunidad se ha de aprovechar, pese a
 que supone un esfuerzo económico extraordinario". A pesar del esfuerzo,
 Sevillano mantiene que "si saliera a la venta una nueva obra lo 
tendríamos que valorar, y crear el dispositivo y la estructura para ver 
si es factible [comprarla]". En la nota emitida por la Fundación se 
asegura que la compra enlaza con "la política de adquisiciones comenzada
 en 1991, para completar el universo daliniano que se conserva en el 
Teatro-Museo Dalí, y mantener el museo como la pieza fundamental para 
entender la evolución pictórica, el pensamiento y la vida de Salvador 
Dalí".
Según la Fundación, la obra, que ha participado tan solo en
 un par de exposiciones en los años 30 del siglo XX, ha pertenecido a 
colecciones de París y Nueva York (Colección International Business 
Machines Corp., Cyrus L. Sulzberger y Colección Selma y Nesuhi Ertegun),
 además de a su último propietario. Desde mañana se puede ver en el 
centro de Figueres.